viernes, 20 de mayo de 2011

Nada que decir, sólo imaginar

Hoy no quiero decir nada; prefiero callar críticas y denuncias para imaginar cómo sería un mundo más igualitario, un mundo sin políticos de carrera o de vocación, un mundo sin la codicia de banqueros y empresarios, un mundo sin sed, sin hambre, sin mendigos ni limosnas, un mundo sin paro. Prefiero imaginar un mundo imposible porque sólo así se podrá dar el primer paso hacia un mundo completamente nuevo.